Ahora no hay quien me saque de este divertido juego retórico, en donde mis palabras ensayan un directo y sigiloso esgrima que seduce, envuelve, y al poco tiempo rechaza, con cinismo, como si no ocurriera nada.
Me encuentro divertida y sonriente cuando eso sucede. Definitivamente encontré diversión en la maldad. Ya no hay nada que me haga volver atrás.
esto me recuerda un verso de Alaciel Molas
ResponderEliminar"PISÉ UNA MARIPOSA Y LO HICE ADREDE:
yo no solía sera así,
yo no solía tner conciencia
de mis perversiones.
Supongo que cambié:
uno se da cuenta de esas cosas
cuando sus zapatos
están manchados de sangre"