Un blog da para todo. Puedo escribir desde mi estado emo del momento hasta lo que más me sorprendió en mi día. Ya había hecho otros pero nunca me había animado a escribir, es tan amplio que nunca supe lo que quería decir. No es que ahora lo tenga mucho más claro pero las ganas me sobrepasan, tengo que escribir, no importa qué ni cómo, pero se que voy a hacer mi mejor esfuerzo.
Hace unos días reabrí uno de los libros más lindos que leí en los últimos tiempos: El hombre ilustrado de Ray Bradbury, un viejito que es lo más escribiendo, sus temas preferidos son los extraterrestres y el universo. Te atrapa desde la introducción (se llama Bailando, para no estar muerto) en donde relata un episodio que le pasó mientras se encontraba en un café de París y habla con un camarero amigo y él le cuenta su vida:
-Trabajo de diez a doce horas, a veces catorce y después a medianoche me voy a bailar, bailar, bailar hasta las cuatro o cinco de la mañana, y me acuesto y me duermo hasta las diez, y luego arriba a las once a trabajar diez o doce horas y a veces quince.
El camarero amigo de Ray puede parecer cualquier adolescente común, al que le gustaba el cachengue, obvio, y mucho, pero lo lindo es el por qué (tiró una muy buena justificación)
-Dormir es estar muerto. Es como la muerte. Así que bailamos, bailamos para no estar muertos. No queremos que eso ocurra- dijo
Ray, que ya tiene sus primeros 88 años, no dudó al decir que lo que hace a las tres de la mañana mientras el otro baila es escribir, y la razón por lo que lo hace es exactamente la misma: Para no estar muerto.
A mi me parece maravillosa la filosofía de estos dos hombres, ya sea el fiestero o el escritor (que tranquilamente podrían ser una sola persona), porque no debe haber peor cosa que ser un muerto en vida.
Desde este mínimo espacio en la web, una chica como yo va a tratar de sobrevivir escribiendo, escribiendo, ¡escribiendo!
Fer
Hace unos días reabrí uno de los libros más lindos que leí en los últimos tiempos: El hombre ilustrado de Ray Bradbury, un viejito que es lo más escribiendo, sus temas preferidos son los extraterrestres y el universo. Te atrapa desde la introducción (se llama Bailando, para no estar muerto) en donde relata un episodio que le pasó mientras se encontraba en un café de París y habla con un camarero amigo y él le cuenta su vida:
-Trabajo de diez a doce horas, a veces catorce y después a medianoche me voy a bailar, bailar, bailar hasta las cuatro o cinco de la mañana, y me acuesto y me duermo hasta las diez, y luego arriba a las once a trabajar diez o doce horas y a veces quince.
El camarero amigo de Ray puede parecer cualquier adolescente común, al que le gustaba el cachengue, obvio, y mucho, pero lo lindo es el por qué (tiró una muy buena justificación)
-Dormir es estar muerto. Es como la muerte. Así que bailamos, bailamos para no estar muertos. No queremos que eso ocurra- dijo
Ray, que ya tiene sus primeros 88 años, no dudó al decir que lo que hace a las tres de la mañana mientras el otro baila es escribir, y la razón por lo que lo hace es exactamente la misma: Para no estar muerto.
A mi me parece maravillosa la filosofía de estos dos hombres, ya sea el fiestero o el escritor (que tranquilamente podrían ser una sola persona), porque no debe haber peor cosa que ser un muerto en vida.
Desde este mínimo espacio en la web, una chica como yo va a tratar de sobrevivir escribiendo, escribiendo, ¡escribiendo!
Fer
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